Por si no lo habíais notado...seguro que teníais vuestras dudas...
Y nunca lo seré.
Esta es la parte realmente difícil, admitir que nunca me convertiré en un mito de la música, persona de referencia, transgresor, artista único... Nunca seré más que Maggie (in the sky with diamonds).
Y es que parece que actualmente lo que premia es convertirnos en alguien, en un Bowie, de una forma o de otra tenemos que destacar sobre el resto, ser más. No basta con ser persona normales con preocupaciones normales, vidas aburridas y monótonas. Te venden que si eres así eres un ser aburrido y tu existencia no vale para nada.
Las redes sociales, los medios de dominación (¡ups! ¡perdón! ¡quería decir de comunicación!) no hacen más que vendernos la nueva y más efectiva forma de convertirnos en alguien de renombre, en la última y más efectiva manera de triunfar. Tienes que ser bloguera de éxito, Instagramer con miles de followers, youtuber, mantener una buena relación con tus amigos (y presumir de ella), ser un as en un trabajo, cuidar tu cuerpo, cocinar por gusto deliciosos platos o enseñarle al mundo que tu pasión es tu trabajo dedicando tus horas libres a seguir intentando destacar por todos los medios. Sinceramente, es a-go-ta-dor.
Escribo desde hace tanto que ni me acuerdo. Me acuerdo de que una vez le pedí a mi madre un papel en el que había envuelto un libro que estaba leyendo para escribir una historia que se me había ocurrido. Pero estoy haciéndome poco a poco a la idea de que nunca me convertiré en una escritora de éxito. Seamos realistas, tengo 30 años y aún estoy logrando labrarme un futuro profesional, hago horas extras, y.. oh que gran pecadora soy....¡también me gusta tener tiempo libre! Tiempo de sentarme con un té en el sofá y disfrutar de la compañía del pequeño Johnny (mi gato). ¡Qué loca! ¡No utilizo mi tiempo libre para crear conexiones útiles en internet! ¡O para escribir 20 páginas diarias...!
No, ya me he dado cuenta de que no importa como me motive, no lo haré. No puede convertirse en un obligación. No puedes obligarte a hacer lo que te gusta como si fuese una obligación o no lograrás hacerlo. Estoy segura de que a vosotros os ha pasado lo mismo: el momento en el que tienes que dedicar por obligación tu tiempo a algo que te gusta, ese algo deja de ser divertido o interesante.
Por supuesto que si me preguntasen si me gustaría escribir profesionalmente, ser famosa, y vivir de ello diría que sí, y casi todo el mundo lo afirmaría; pero, ¿estamos seguros de que es eso lo que queremos?
Otra anécdota, desde hace un tiempo sufro de un tipo de dermatitis (¡otro tema que daría para unos cuantos posts!) y la piel de mi cara reacciona al beber alcohol. Determinadas zonas de mi cara pasan a tener un color rojo intenso con determinadas bebidas y marcas, y desafortunadamente esto me pasa con la cerveza M. Estaba tomando una caña antes de entrar al cine y ya acostumbrada al cosquilleo en la piel entré en el cine con esa sensación de quemazón. Al instante noté como la gente en la cola mi miraba, y luego la gente que esperaba para entrar en la sala. TODO el mundo miraba mi cara. Entré en el baño para comprobar como estaba (bastante roja), y me costó salir de allí porque sabía que tendría que hacer frente a todas esas personas mirándome, sin apartar los ojos de mi enrojecida cara.
Ahora, ¿os imagináis eso de forma continua? Si eres famoso, vayas donde vayas las miradas de la gente te seguirán, serás juzgado o juzgada por absolutamente todo lo que hagas. Y si eres mujer especialmente por tu aspecto, independientemente de que te dediques a eso o no. Pues NO, igual que no me gusto tener que aguantar las miradas de todos esos curiosos en el cine (ya os lo he dicho, no soy Bowie, no soy una heroína, lo pasé mal enfrentándome a todas esas miradas) no me gustaría tener ese tipo de vida. Prefiero ser anónima, una pequeña hormiguita, desconocida y poderosa en mi capacidad de pasar desapercibida.
No soy Bowie, y nunca lo seré...¡menos mal!