sábado, junio 13, 2009

La Última Gran Causa

Hablar sobre la Guerra Civil no es tarea fácil. Mucho se ha dicho, comentado, ocultado y manipulado. Tampoco es fácil hablar sobre la influencia que tuvo en artistas no españoles, pero si nos paramos a investigar un poco podemos descubrir a poetas no muy conocidos como Julian Bell (sobrino de Virginia Woolf) o John Cornford, que murió en Porcuna, con tan sólo 21 años y un puñado de poemas escritos, tras unirse a las Brigadas Internacionales con la única motivación de defender sus ideales. Esta generación perdida (ya que éste es el nombre que reciben estos escritores cuyo talento fue trágicamente suprimido por la guerra) consideraban la Guerra Civil Española no como una contienda más, sino como lo que se llamó por los intelectuales ingleses La Última Gran Causa, donde los principios de democracia e igualdad encarnados en la República estaban amenazados por el fascismo en auge en Europa. Novelistas, poetas y demás autores se volcaron con España. El poeta inglés W.H. Auden escribió un poema titulado “Spain 1937” para recaudar fondos para la Cruz Roja española. El famoso novelista George Orwell (autor de “1984”, novela de la se extrajo el concepto de Gran Hermano, también escribió sobre la Guerra Civil), y como él la mayoría de autores e intelectuales ingleses (exceptuando un pequeño grupo más conservador) apoyaban el gobierno republicano. España era el sitio donde se debía estar, donde se debía luchar por los ideales y donde acudieron hombres de todo el mundo. Hace poco escuché a un profesor experto en la materia contar una anécdota que me dejó pensativa toda la tarde. Era la historia de uno de los muchos ingleses que pertenecían a las Brigadas Internacionales. El soldado había muerto y una vez recuperado su cadáver se buscó en sus bolsillos su documentación o algo que pudiera ayudar en su identificación, pero en sus bolsillos tan solo se encontró un papel con un poema escrito llamado ‘Eyes’ (‘Ojos’) cuya belleza era conmovedora. No se sabe quién fue aquel soldado. Como conclusión me gustaría aclarar que este artículo no pretende defender o dar mi visión política de la Guerra Civil, ni servir de explicación histórica, y aprovechando la ahora desarrollada “conciencia histórica” recordemos no sólo a todos los españoles que como Lorca murieron simplemente por ser quienes eran, sino que también a todos aquellos anónimos, futuros talentos o conocidos que lucharon por un país que no era el suyo pero por unos ideales comunes.