martes, marzo 23, 2010

Placeta del Hospicio

Una entrada sobre mis prácticas requeriría no una página, sino casi un libro: tengo que aprender a resumir. En los últimos meses he aprendido mucho sobre la vida, la enseñanza y las personas, tanto que creo que aún estoy asimilando.
He descubierto, que aunque la idea de dedicarme profesionalmente a la enseñanza no fuera mi primera opción se ha convertido en mi verdadera opción. Me gusta enseñar, y odio admitirlo (por razones que desconozco).
Cuando estoy en clase, "sola" con mis alumn@s no existen los problemas, las paranoias, sólo el momento, el tiempo, y lo que quiero transmitir. Me he descubierto pasándomelo bien en clase, compartiendo una parte de mi misma que desconocía que poseía. Me entrego y cuando veo los resultados me invade una sensación de "completeness" que hasta ahora me resultaba ajena en un mundo tan complicado como es el de la enseñanza. ¿Será este el camino? Continuará...

Cosas que DEBEN o NO DEBEN ocurrir

Hoy me han pedido consejo amoroso. Irónico, ¿verdad? Me han preguntado si merecía la pena arriesgar una amistad por algo más. Sinceramente, siempre he pensado que más vale arrepentirse de lo que se ha hecho porque arrepentirte de algo que ni siquiera ocurrió es aún peor...pero claro, si nos avisaran antes de lo que arriesgarse puede conllevar. Si a mi me hubieran avisado, habría muchas cosas que no habría hecho.
Mi consejo ha sido penoso, porque por un lado quería transmitirle esa idea romántica e idealista de que "puede funcionar", de que hay amistades que pueden ser algo más, algo mucho más especial... aunque yo ya no creo en eso. Ya no creo ni en el romanticismo ni en lo maravilloso del amor. Lo veo en los demás y me parece zafio y superficial...supongo que son las consecuencias del terrremoto.
Me ha hecho reflexionar, y mucho. Mierda, ¡con las prácticas y el carnet no tengo tiempo de pararme a reflexionar! Echo de menos a una persona, a un amigo. A la persona que existía en mi vida hace dos años, de esa manera y no de otra. Pero es algo que se ha perdido. De esta manera me he parado a pensar en que ciertas cosas no deberían haber ocurrido, quizás pasaron por algún motivo, que ahora no encuentro, ahora sólo noto el vacío que ese amigo no ocupa, y las cenizas del dolor que dejó algo que no debería haber ocurrido. ¿Ocurren las cosas por algún motivo? ¿Estaba escrito? Me agobia pensar que no había forma de librarme de lo ocurrido, de lo bueno y sobretodo, de lo malo. Me agobia pensar que todavía pienso en ello mientras la gente rehace su vida como si nada. Y mientras yo me debato sobre lo que ocurrido y su justificación la vida sigue, yo evito canciones, miro a extraños por la calle y preparo mis clases.