He descubierto, que aunque la idea de dedicarme profesionalmente a la enseñanza no fuera mi primera opción se ha convertido en mi verdadera opción. Me gusta enseñar, y odio admitirlo (por razones que desconozco).
Cuando estoy en clase, "sola" con mis alumn@s no existen los problemas, las paranoias, sólo el momento, el tiempo, y lo que quiero transmitir. Me he descubierto pasándomelo bien en clase, compartiendo una parte de mi misma que desconocía que poseía. Me entrego y cuando veo los resultados me invade una sensación de "completeness" que hasta ahora me resultaba ajena en un mundo tan complicado como es el de la enseñanza. ¿Será este el camino?
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario