He llegado a la conclusión de que no me gustan los primeros besos. Son nerviosos, a veces precipitados, tentativos, intuitivos también. Son inexpertos, como si esa primera vez fuera una primera vez adolescente.
Los segundos si se acercan, son diferentes, son ansiados. Son más exactos.
Nunca he dado o recibido (los cual me plantea la duda de si los besos se dan o se reciben) un primer beso que fuera perfecto, quizás nunca será así. Quizá sólo existe en mi imaginación y en las mejores películas de ficción.
Foto de Robert Doisneau, lástima que sean dos actores.
Perdonadme por esta entrada tan cursi.
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