viernes, septiembre 17, 2010

Cambio

Llueve, desde la ventana de madera veo a la gente sin paraguas correr por la Calle Reyes Católicos, estoy sola en la oficina. Me aparto y veo en el cristal mi reflejo: pelo rojo, labios rojos. Cada día es un reto, cada día hay algo nuevo. Lo único constante ahora es el cambio... y mi pelo rojo. Nuevo trabajo, email, obligaciones, jefa, y estudiantes cada semestre con sus problemas y preguntas constantes, y yo siempre con una sonrisa en la boca. No importa como esté por dentro, cuando alguien aparece por mi humilde despacho ("la oficina-cocina") yo siempre sonrío. Nuevo piso, todavía me pierdo por las calles del viejo barrio judío de Granada (Garnata) buscando algún atajo. Nuevos compañeros, nuevas impresiones, ¿donde colocar esto?, ¿como funciona aquello?, ¿le molestará esto?, ¿le gustará aquello? Nuevas y viejas sensaciones con gente nueva. Descubrir un color de iris diferente, gestos inesperados, planear un viaje que jamás te hubieras imaginado, escuchar nueva música, mirarte a ti misma con otros ojos, con un color todavía por definir.