lunes, septiembre 08, 2014

Libreta de viajes



Todo empezó en 2010, se me ocurrió comprar una libreta de Muji en uno de mis viajes a Madrid (por aquel entonces yo vivía en Granada). Hablamos de 2009-2010. Siempre me han encantado los productos de esta marca por la simplicidad de su diseño y la compré sin un propósito específico.
De adolescente, he de admitirlo, tenía un diario. De estos típicos con la llave falsa (se podían abrir con una horquilla), y algo ya más mayorcita, en mis años de universitaria tuve otro diario. Esta vez en el ordenador. Como forma de desahogo que no implicase horas de monólogo con los amigos (entonces los blogs no eran tan famosos), o esa es mi excusa. Y con el desarrollo de las nuevas tecnologías pude hasta ponerle contraseña a aquel penoso archivo con pensamientos aleatorios en inglés y español...tan buena era la contraseña que soy incapaz de recordarla. Con el paso del tiempo la olvidé y acabé borrando el archivo que contenía todos esos pensamientos.

Pero sí que me di cuenta de algo, necesitaba seguir escribiendo. Aunque fuera en otro formato. Y sobretodo era cuando viajaba cuando más sentía esa necesidad de volcar cierta información. Así que cuando en mayo del 2010 me fui de viaje a Irlanda con Blanca, Rocío y Sandra se me ocurrió utilizar la libreta para tomar notas sobre el viaje, y escribir cualquier cosa que necesitase. Así empezó la idea: unas cuentas notas sobre como llegar del aeropuerto de Dublín a el albergue, los sitios más relevantes de Dublín y alguna nota más.
Foto de la página 4. Sitios que quería visitar en Dublín.  Entre toda esa información hay una nota a la derecha en la que pone "Dios inventó al alcohol para que los irlandeses no dominaran el mundo"




Pero empezé a escribir. Comenzó siendo una buena idea para poder recordar todo lo que hicimos en ese viaje de una semana, con un poco más de detalle, y al principio como un poco de desahogo. Pero cada vez la fui orientando más a los viajes. A mi llegada a casa pegaba los tickets y facturas de lo que había comprado, y de los medios de transporte, de manera que si volvía al sitio fuera más sencillo moverse y no cometer errores de turista novato (algo, que personalmente odio, parecer turista y encima un turista "novato"). Aún así, la libreta mantuvo su matiz personal, ya que no sólo pegaba tickets o mapas, sino que describía con detalle donde iba, como o lo que me había parecido el sitio en cuestión.

"...ha merecido la pena" Tickets de la visita a Sintra. Viaje a Lisboa 2011
La libreta, en un principio fina y elegante acabó hinchada, llena de experiencias, y atada por una goma del pelo. No podía permanecer cerrada con tanta información.

Y con las mismas ganas con las que escribí esta primera libreta estos días termino la segunda, tras mi viaje a Berlín. Otra libreta Muji terminada, atada con otra goma del pelo, con tickets, anécdotas, mapas, y mucha información dentro. Incluye los grupos que he visto en los festivales a los que he ido, un árbol genealógico tras la visita a el pueblo de mis abuelos, una postal robada de una cafetería en Camden (Londres) o la entrada a la reproducción de la cueva de Altamira.


Low Cost 2012
 
Santillana del Mar y las cuevas de Altamira
Y por supuesto habrá una tercera, quizá no tan personal, o quizá no tenga tantos tickets, pero llena de viajes.



martes, julio 08, 2014

Baby's in Black




"-Vamos escupe, ¿qué te pasa?
- Estoy un poco depre.
- ¿Y eso?
- No lo sé, ¿tiene que haber una razón?"

¿Necesitamos una razón par razón para estar tristes? ¿Podemos estar tristes un día (o dos, o los que sean) sin una razón concreta? Y lo que es más importante, bajo mi punto de vista, ¿está bien estar mal?
Creo que tenemos un concepto equivocado de la felicidad, pero también de la tristeza. Como bien dice mi querido Iván (Ferreiro) "tengo mi trsiteza siempre ahí, escondida, poniéndose guapa" y todos tenemos momentos de melancolía, tristeza o frustación, inevitables en nuestro día a día. El problema es que siempre llega alguien y te dice: "¡Venga anímate!" y no es tan sencillo. Quizás yo no quiero animarme ahora mismo, quizás no puedo hacerlo -de una forma sencilla-

Yo defiendo, y tachadme de pesimista o de lo que queraís, el derecho a estar triste, a sentirte mal.
No me malinterpretéis, no soy emo, y hay espacio y tiempo para todo. Dicho esto, soy muy fan de los "motivators". Memes motivadores, frases motivadoras, refrases, citas... Sabéis que me encanta Mr.Wonderful y sus produtos buen rolleros PERO también me gusta estar triste de vez en cuando, sin razón aparente, y no animarme y escuchar canciones de Iván (como Me Toca Tirar), Travis (y no me refiero a Flowers in the Window), My Bloody Valentine, McEnroe o alguna de Neuman.

Así que melancólicos del mundo, unios a mí, y defendamos nuestro derecho a estar mal, a escuchar música triste a todo trapo en el metro (¡con los cascos puestos, por favor!), a decirle a todo aquel que te diga "Anímate" un sonoro: "No me da la gana" y cuando nos pregunten qué nos pasa, poder contestar un "no los sé" y seguir la conversación como si no pasara nada.


miércoles, junio 25, 2014

Daydreaming

A famous writer once said that daydreamers make good writers, so I guess I must be a brilliant writer... Daydreaming is all I do.

Have you seen 'The Secret Life of Walter Mitty', I saw not no long ago and I enjoyed seeing someone living and daydreaming constantly - and in such an amazing fashion- living unexpected situations (well, sometimes imagining them) and being cool and inspiring when noone was looking. I won't tell you the full movie, but it's a recurring topic in some alternative films. It made for an hilariously funny scene in 'High Fidelity' and in '500 Days of Summer' when Joseph gordon-Levitt compares his idealization of a party with reality. Probably this is so because scripwriters daydream too.

I don't know when it started, but I remember been bullied at school and imagining myself coping with those situations differently and, of course, with a very different outcome. Worse is, I still do that. I imagine myself reacting and behaving otherwise, to discover that the my actual demeanour was dissapointing: the dream was way much better though...not real.

I daydream when I'm in bed, just before getting up, when I'm surfing the web, when I'm in the shower, when I'm cooking; but especially, when I'm commuting or travelling. A journey is a perfect excuse to daydream. On my daily 45min. commute I imagine three variations of the same 'scene',this so-called 'scene' could be any situation, of any duration, from absolutely any given context.  

Many times I have to force myself to avoid this absentmindedness, force me to stop building castles in the air. Then I start thinking of parallel realities with Maggies from different universes living the outcomes of my daydreams and....here it comes again...

Hopefully, there are a couple of scenarios where I never build a castle in Spain (funny idiom, isn't it?) or where I have a different wishful thinking: when I'm teaching and when I'm playing my guitar. Funnily enough, teaching is my element. So far, so good.