jueves, mayo 15, 2014

15 de Mayo

Nunca me fijé en ti, antes. Pero sin saber como parece que los astros se alinearon y allí estabas, con tu sonrisa semi-perfecta. Mi particular Chandler, mi Marshall linarense. Me habían hablado tanto de ti, siempre, y siempre tan bien. "Es muy tierno" me decían, "es muy gracioso" me decían también, y jamás prestaba atención. Como no, empezó con un sms. El alcohol ayudó. J.M. llevaba cosa de un mes recordándome que estabas soltero y, que casualidad, yo también. Te dio mi teléfono sin yo saberlo. Tampoco supe hasta mucho después que tú se lo habías pedido. Y un aburrido sábado, cuando estaba a punto de irme a casa me llegó el mensaje que cambiaría todo. Propio de ti, simple y conciso, me preguntabas donde estaba. Aparecí en el pub donde estabas con tus amigos, y de pronto te vi tan guapo,¡y tan indie! Te conocía desde siempre, y no sabía nada de ti.
Nos veíamos poco y mal, a escondidas, tras horas y horas de viaje en bus, nervios y esperas hasta poder vernos.
Y en lo que ahora parece muy poco tiempo, un año después de ese sms, estamos en la playa Barcelona. Está cayendo un diluvio universal, nos reímos por lo absurdo de la situación. No tengo miedo. No tengo miedo de hablar de cosas raras, de música, de historias, de filosofía, de anécdotas extrañas, podemos hablar de cualquier cosa, firmamos un pacto de sinceridad. Encontré trabajo y me mudé a Madrid, y hacíamos malabarismos para vernos, para estar juntos, y para poder vivir nos fuimos a vivir juntos. Cuando nos fuimos de aquel piso en la calle Martínez no pude sentir más que pena: fuimos muy felices allí, y aunque trabajamos a destajo, no nos gustaba el barrio, y la vecina pasaba la aspiradora a horas intempestivas, nosotros nos apretujábamos en el sofá y escuchábamos vinilos mientras hablábamos de todo. O veíamos vídeos de "Alguna Pregunta Mes?". Viajamos a Londres, y aprendiste a amar la ciudad tanto como yo lo hago, y a pesar del frío gélido, y de los agobios de la época, volvimos a querernos como si fuéramos unos tontos adolescentes. Después de eso vendrían más viajes (Oviedo, Gijón, Santander) y en muchos, no importa lo que pasase, porque tu estabas allí, porque con cada minuto descubríamos algo nuevo. Tantas experiencias en festivales y conciertos, emociones. Nos mudamos, no sin dificultades, a nuestro pequeño gran palacio en Chamberí, rodeados de castizos no dejamos de crecer.
Las cosas no siempre van bien, no somos perfectos, pero que aburrido sería ser una pareja perfecta, que poco desafiante y que poco real. Estos cuatro años han realmente existido, aunque a veces parezcan un sueño, y sólo quiero pedir...más.

sábado, mayo 03, 2014

She came in through the bathroom window

Hay gente que aparece en tu vida y se cuela por la ventana del baño.
Hay gente que aparece o reaparece en tu vida y te sorprende. Hace poco vi de nuevo a un viejo amigo, y si he de ser sincera, no esperaba mucho. El típico hola y adiós, y me encontré hablando de música y de la vida durante un buen rato de forma inesperada.
Y hay gente que aparece de la nada o del vacío existencial y te provoca sensaciones (buenas) que no sabías ni que existían. En los últimos meses ha habido una persona que sin comerlo ni beberlo ha marcado una diferenia brutal, y se ha convertido en alguien importante. Por desgracia, tiene una teoría en lo relativo a las amistades que, de ser cierta, condenará nuestra amistad.

En inglés existe un phrasal verb para casi todo: "Fall out with someone" significa discutir,  ("argue"), y "grow apart" siginifica dejar de ser amigos con el paso del tiempo. Complicado y simple al mismo tiempo. Su teoría consiste en que con el tiempo casi todos tus amigos desaparecerán de tu vida, bien por una discusión estúpida o un malentendido, o simplemente porque seguirán con sus vidas, y tu con la tuya y no será posible encontrar el tiempo, el lugar, la forma de mantener esa amistad. Me parece un pensamiento tremendamente triste, porque implica aceptar que gente a la que quieres desaparecerá de tu vida, y que esos viejos amigos de los que conoces sólo por Facebook acabarán siendo no más de eso, amigos sólo por Facebook. No puedo evitar pensar en cuantos amigos he perdido ya, cuantos perderé, un pensamiento para nada halagüeño en una ciudad como Madrid, y menos aún para una persona como yo, sociable y humanista como soy. Es toda una derrota.


También están los típicos amigos o amigas que ves dos o tres veces al año como mucho, pero cuando los/las ves la amistad sigue ahí, sin exigir grandes gestos pero aguantando el chaparrón (a veces literal). Que probarían que la teoría de mi amigo no es cierta. Pero por desgracia, la vida no siempre funciona así. Hay personas en las que piensas sino todos, casi todos los días, y cuando quieres o necesitas contar con ellas... no están. Simplemente están demasiado ocupadas con sus vidas que sientes que las pierdes, y te sientes olvidada, como si te acabaran de dejar por una chica más guapa (supongo que en este caso sería un amigo o amiga más interesante, alguien que si está). Llamadme egoísta, pero de eso se trata la amistad, de estar cuando se está mal. Es muy fácil estar ahí y ser un buen amigo o amiga cuando todo va bien, cuando sales a tomar unas cervezas; lo realmente difícil es cuando tienes un día de mierda (que los hay y muchos) y sólo quieres alguien que te escuche, a veces únicamente alguien que te haga compañía.

Supungo que es ley de vida, así es como evolucionan las relaciones. Simplemente hay veces en que la naturaleza humana es demasiado complicada. Pero aún así me niego a creerlo o aceptarlo.





viernes, septiembre 28, 2012

Pongamos que hablo de Madrid


Desde hacía ya un tiempo yo ya lo sabía. Granada es preciosa, bella, romántica, y cálida; pero se me estaba acabando. Un amigo me dijo una vez que supo que tenía que irse ya no sólo por las circunstancias sino que tenía tantos recuerdos asociados a tantos sitios que sentía que tenía que crear nuevos, en un sitio nuevo.
Me quería ir, pero no tenía el valor... o la irresponsabilidad, poco a poco me despedía de Granada.
Y llegué a Madrid, inocente y confiada, con más ilusión y proyectos de futuro de los que tengo ahora (Quizás por que soy más realista). El principio no fue fácil, tuve que luchar por un sueldo, buscar un piso en condiciones (lo cual costó MUCHO más de lo esperado), conocer la ciudad. El primer mes fue horrible, lo admito. Pensaba en que había deseado esto durante mucho tiempo, y no podía echarme a atrás, no cabía la posibilidad de volver. Yo no me lo habría permitido.
Me hice un hueco en el trabajo, y poco a poco logré más responsabilidades. Y de una simple auto-candidatura tras ver un anuncio encontré un segundo trabajo. Fui afortunada, más de lo que me atrevo a pensar. Yo suelo decir que tuve suerte, JC sin embargo dice que luché mucho, que él me vio.
Un año después de llegar, escribo esta entrada desde el sofá de mi apartamento en el Noroeste de Madrid. Decorado casi por entero con muebles de Ikea (más adquisiciones), un poco más recargado podría ser parte de una tienda. Me costó mi trabajo vivir tranquila y por fin lo agradezco. Por fin tantos disgustos se ven recompensados por la tranquilidad de vivir con quién más quieres estar, y como tú quieres vivir.
Un año después me conozco muy bien el plano del metro y de algunas líneas de cercanías. He recorrido muchos tramos en ellas ¡hasta llegar a Humanes!
Un año después me reincorporo al trabajo, con un poco más de experiencia y más mala leche, después de la experiencia este verano con las clases de recuperación con alumnos problemáticos.
Un año después sigo descubriendo sitios en Madrid, más de los que me gusta admitir. Y aún me queda mucha gente por conocer, quizás porque aquí no es tan fácil.
Me gusta el sur, pero no quiero volver, aún no hay razones por las que regresar...